Una de mis principales aficiones, probablemente la primera, fue la caricatura. El dibujo fue mi más temprano acercamiento al arte. Como todos los niños, gastaba gran parte de mi tiempo leyendo caricaturas y tratando de hacer las mías. Me basé en los personajes comunes a toda nuestra generación: desde Walt Disney hasta los superhéroes tradicionales. Solía llenar páginas de cuadernos con robots, gatos y sátiras de los profesores de turno. Mis amigos del colegio leían divertidos esas tiras cómicas llenas de lugares comunes y gags inocentes, más cercanos a Condorito que a Mafalda. Incluso publiqué algunas en un periódico universitario que no pertenece ni siquiera a un museo de lo prescindible. Eventualmente, con el correr de los años, llegué a pensar que podría dedicarme al dibujo humorístico, pero la supuesta madurez que debe venir con la adolescencia me hizo olvidarme de la idea. En teoría, debería tener una carrera mejor recompensada económicamente. Cruel ironía! Terminé de literato!
Sin embargo, durante mucho tiempo seguí dibujando tonterías entre ratos libres y pupitres universitarios. Más por hobby que porque de verdad pensara que valía la pena, mostré algunas de esas caricaturas en Internet y fueron bien recibidas, lo que muestra que no son tan malas como yo pensaba o que el público está menos enterado de lo que debiera. Pesimismo aparte, abrí un blog con las mismas, http://www.caricaturasdevivianyoscar.blogspot.com/, y aprovecho este espacio para darme una descarada publicidad.
Sobra decir que no soy caricaturista profesional, simplemente se trata de un divertimento que comparto para que algunas sonrisas rueden entre mis lectores, normalmente expuestos a posiciones más necrofílicas. La última recomendación, disfrútenlas. Y si no les gustan, no las lean. Aún me quedan mis libros, que también pueden someterse al mismo juicio.
jeje, me consta!!
ResponderEliminarYo convivo con dos grandes frustraciones: no ser futbolista profesional y ser un total impedido para el dibujo. Puede que tenga más, por en el momento sólo importan esas dos. De la primera se puede decir que cuando me llegó el momento tomé la sabia decisión -o estúpida tal vez- de dejar el futbol y dedicarme únicamente al estudio (debo de tener más, pero las otras no viene al caso).
ResponderEliminarEl futbol se convirtió en una diabetes la cual le aplico insulina cada que puedo, 2 veces a la semana es el promedio, podría ser más pero temo morir de sobredosis. Además, como forma de excusa me engaño a mi mismo diciendo que si de verdad quisiera ser profesional me iría a EE.UU o a cualquier país donde el nivel de mi amado deporte es muy precario.
En la segunda si no hay nada que hacer, cambiaría mi poco talento futbolístico, mi nefasto futuro como publicista y mi lamentable faceta como escribir, por ser siquiera un mediocre dibujante promedio.