8 ago 2010

La letra agónica

En Colombia, lamentablente, estamos acostumbrados a la corrupción. Siempre decimos que la ley es para los de ruana, que para qué leyes donde no hay costumbres y que la ley es letra muerta. Bueno, pesimismos aparte, me permito decir que la ley no es letra muerta, sin embargo, bastante agonizante permanece, siempre a punto de caminar hacia la luz. Daré un breve ejemplo personal que, pienso, puede ilustrar un poco este punto.
     Hace más de un año necesité un servicio de Internet con una compañía cuyo nombre no diré, pero Tuvo Intención de Ganar mi Oro a como diera lugar. Al finalizar el año del contrato, lo cancelé haciendo todas las vueltas necesarias a tiempo para evitar que me siguieran cobrando, pero según alguna norma interna me generaron una nueva factura y luego cinco más, aunque el servicio ya no se prestaba. Lógicamente, fui a presentar el reclamo pero, tras tres cartas, la única respuesta que me dieron era que tenía que pagar. La última instancia era denunciar ante la Superintendencia de Industria y Comercio, lo que hice dentro de los términos legales. Solamente cuando la empresa supo que había enviado la carta a la Superintenencia, ahí sí salió presta a solucionar el problema a mi favor.
     Por eso digo que la ley no necesariamente es letra muerta, pero hay que estar muy pendiente, pues parece que está en un permanente estado de agonía que, si nos descuidamos, la lleva a su defunción. Por definición, las leyes deben estar al beneficio del ciudadano, del usuario o cliente, como en mi ejemplo. Pero siempre tratan de arrebatarnos estos beneficios. Y entre más ignorantes somos, más fácilmente abusan de nosotros. Por eso el primer derecho que nos quitan es el de la educación, para que cuando se presenten los atropellos no sepamos qué hacer o cómo defendernos mediante la ley.
     Nos queda ese deber, el de no dejar que la letra muera. Ya que desde empresas telefónicas hasta corruptos del estado están pendientes de ponernos la zancadilla y abusar de nuestros derechos, es nuestra obligación estar siempre vigilantes, denunciar, divulgar y no olvidar para que los atropellos no se repitan.

1 comentario:

  1. Lamentablemente no sólo en Colombia la justicia es para los de ruana, es el pan nuestro en muchos paises, o será que las compañías extranjeras instaladas en nuestro país importan también sus leyes/mañas, para poder timarnos a todos, amparados en cualquier excusa?.

    ResponderEliminar