Este artículo fue publicado hace un par de años en el periódico El Colombiano en un especial de Día de Brujas.
Canta, oh bruja, la angustia de Perdomo Gamboa cuando supo que debía seleccionar diez nombres y dejar por fuera todos los demás, como amantes abandonadas. ¿De qué arbitraria forma podríamos barajar los rostros de tantas brujas que nos han acompañado desde que Paris se robó a Helena? Sólo un filtro de amor es lo suficientemente fuerte para que mis dedos tracen palabras mágicas en un papel que servirá de hoguera a las condenadas al exilio: El amor a la literatura. Me arriesgaré a que alguna bruja vengativa, despechada por su exclusión de mi infame antología, me haga un encantamiento y me convierta en sapo, lo que tal vez me granjee un beso de una princesa.
Empiezo por despedirme de todas esas novias que ya no tendré, tantas brujas que no han bebido tinta de literato. Adiós a las verrugas, los calderos burbujeantes y las escobas mágicas. Adiós, Juana de Arco; embrujas más que Mila Jojovich. Bruja de Blair, fuiste apenas un proyecto. Winona Ryder, que no te venza el macartismo. Bette Midler, me gustas más cuando cantas. Te veré en los horóscopos, Regina Once.
Lo siento, Castro Caicedo, tu bruja es no-ficción. Borraré mis heroínas de historieta; no me salves, Zatanna; no te salves, Bruja Escarlata. Raven, Teen Titans Go! Apagaré el televisor en las narices vibrantes de Samantha y de Sabrina. ¡Saludos a Archie! Recoge tus pinzas y deja de perseguir a Bugs Bunny, Brujilda. Madame Mim, ya no podré vitorear tus trampas; a ti dedico el canticuento de la Bruja Loca: No sabe hacer brujería porque ya se le olvidó. Bye, bye, Alice Cooper, en tu cuerpo decrépito de rockero yace el alma de una bruja inmolada. Only women bleed . No veré los goles de la bruja Verón ni de su engendro homónimo. No montaré en brujita en el Pacífico. No volveré, lo prometo, a decirle Bruja a Doña Clotilde. ¡Alakazám!
Pero, aparte de todo este aquelarre al que acabo de desterrar, aún me faltan las brujas impresas. Las que nos perseguían en cuentos infantiles y leían nuestros destinos en novelas adultas. En un vano intento de justicia y objetividad, decidí agrupar a mis elegidas en categorías. Por ejemplo, de todas las brujas que nos heredaron los Hermanos Grimm, Charles perraut, Hans Christian Andersen y otros autores tradicionales, que darían para un listado aparte, escogí una que las incluyera a todas. Por supuesto, me embargó un gran dolor al apartar tantos personajes que me embrujaron desde niño.
Lo mismo sucedió con las brujas colombianas. Roberta Caracola (El Leopardo al Sol), Francisca García Muriel (La Casa de las Dos Palmas), Elisenda Zambalamberri (La Otra Raya del Tigre) y muchas más desde Gustavo Álvarez Gardeazábal hasta Alfonso Bonilla-Naar que tuvieron que ceder ante la seleccionada. En esta hoguera común quedaron las brujas de Salem, de Arthur Miller; la Reina de los Hielos, de C.S. Lewis; Minerva McGonagall, de J.K. Rowling; la Bruja de Abril, de Ray Bradbury; Hind, de Salman Rushdie; la Dama del Lago, de Walter Scott; la Gran Bruja, de Roald Dahl; la Baba Yaga, de Alexander Afanasiev; la Bruja de Portobello, de Paulo Coello; Hécate, Medea, la Bruja del Mar, Viviane, Nimue, Salomé y muchas otras que van desde autores de ciencia ficción como Isaac Asimov hasta candidatos al Nóbel como Carlos Fuentes.
Extender esta relación sólo serviría para darme un falso aire de erudito y acentuar que se trata de una antología arbitraria. Bienvenidas sean, pues, mis diez brujas literarias favoritas.
1. La Diosa Blanca
Mito primigenio recopilado por Robert Graves a quien se dedican todos los verdaderos poemas. Musa exiliada por Apolo. Se transforma de mujer hermosa en cierva, loba o bruja.
2. La madrastra
De Blancanieves, de Charles Perrault. Representa a las brujas de los cuentos. Se funden dos arquetipos, el de la madrastra cruel y el de la bruja malvada: con hechizos intenta matar a la heroína.
3. Las Tres Brujas
De Macbeth de W. Shakespeare. La representación de Las Hermanas Fatales de la mitología germana, Urd, Verdandi y Skuld, equivalentes a las Parcas griegas. Son parte de las muchas triadas antiguas.
4. Galadriel
De El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien. La Dama del Bosque, hechicera elfo que porta uno de los tres anillos de poder. Puede leer la mente y el futuro. Gimli, el enano, primero le teme y luego la idolatra.
5. Circe
De la Odisea de Homero. Deidad poderosa. Esta hechicera transforma los hombres en cerdos con un brebaje que incluye vino, miel fresca y drogas perniciosas. Ulises la vence y, cómo no, la seduce.
6. Morgan Le Fay
La rival de Merlín, conocida como Fata Morgana. Legendaria hechicera de la mitología del Rey Arturo. Sobre ella han escrito autores como T. H. White. El mismo Vargas Llosa llamó así a una de sus hijas.
7. Rosaura García
De Los Cortejos del Diablo de Germán Espinosa. De todas las enemigas de Mañozga, incluyendo a la Bruja de San Antero y Catalina de Alcántara, la más mágica es esta centenaria levitante.
8. Xayide
De La historia Interminable de Michael Ende. Esta hechicera manipula a Bastian Baltasar Bux contra Atreyu para apoderarse del trono de Fantasía y eliminar a su gobernante, la encantadora Emperatriz Infantil.
9. La mujer bruja
De Las mil y una noches. Es la primera bruja del libro. Villana anónima que transforma a su marido en perro y como castigo es transfigurada en mula con la ayuda de otra bruja joven y buena.
10. Bruja Malvada del Oeste
De El Maravilloso Mago de Oz, de Frank Baum. Arquetipo de perfidia garantizada al que Dorothy vence con un baño de agua. En la cinta de Judi Garland, fue encarnada por Margaret Hamilton.
Vaya, no entiendo cómo este artículo no tiene comentarios, está buenísimo. Yo metería a las hermanas Sanderson de Hocus Pocus, aunque esas no eran de la literatura, pero igual que trio de brujas!!!!
ResponderEliminar