Me he vuelto clarividente y voy a predecir el futuro: El próximo noticiero que usted vea abrirá con la imagen de un atraco, preferiblemente con balacera, en un establecimiento público; el video será impresionante y grabado con alguna cámara de seguridad. Luego, inundaciones, desplazamientos, desalojos, accidentes o alguna de las múltiples tragedias del país; las imágenes y los testimonios de las víctimas darán ganas de llorar. Minutos después, el escándalo callejero de turno y sus secuelas, un niño secuestrado, una mujer golpeada, unos padres abusadores, etc; secundado por declaraciones de autoridades comprometiéndose a solucionar ese flagelo. Seguirá la infaltable dosis de violencia protagonizada por guerrillas, bandas criminales o criminales comunes; algún militar dirá pomposos lugares comunes. Posteriormente, las enriquecedoras secciones sobre salud, economía familiar, civismo o cualquiera de esos temas. De ahí se pasará a lo que todos esperamos, los goles del torneo local, el torneo internacional del momento, la liga española y cualquier partido donde juegue algún colombiano; incluidas las sosas y predecibles entrevistas a jugadores y técnicos. Cuando se tenga la mayor audiencia, se hará el profundo análisis político y sociológico del senador que se durmió en su silla, la falda que se puso tal congresista o el chiste de turno de alguno de los tantos lagartos de nuestro zoológico político. Para cerrar con broche de oro, dos reinas de belleza de minifalda y silicona nos hablarán de Shakira, de un par de actores de televisión o idiotas de reality, y dedicarán los últimos minutos del noticiero a publicitar la más reciente telenovela del canal.
Y nadie nos dirá las noticias reales, las que revelen la horrible corrupción de nuestra clase dirigente y nos despierte del letargo en que yacemos; pero todos estaremos informados.