Constantemente hay escándalo y rasgadura de vestiduras en Colombia porque algún atarván le pegó a una mujer. Por supuesto, el hecho es execrable y debe ser repudiado (al igual que un hombre le pegue a otro hombre), pero las acciones no deben reducirse al linchamiento mediático y las excusas obligadas, sino a leyes y programas que permitan el castigo de una conducta ilegal y despreciable y la prevención de la misma. Esto último sólo se conseguirá con la educación y la formación que debe recibir cada ciudadano desde niño en su colegio y su hogar. Allí, particularmente, en su niñez es cuando se debe fundamentar el respeto por sí mismo y por el sexo opuesto. Desde pequeños se debe insistir en que las mujeres no son objetos de ningún tipo sino seres pensantes y valiosos.
Tautológico y evidente lo que escribo, no? De acuerdo. Pero lo traigo a colación porque, justo en la semana del escándalo por el golpe del Bolillo Gómez a una muchacha, uno de los tristemente populares realities de nuestra bienamada televisión nacional me mostró, en un comercial que repetirán centenares de veces diarias, a un niño muy pequeño cantando el famoso y miserable estribillo del reggueatón: "perrea, mami, perrea". Supongo que la familia del crío (que lo sometió a esa tortura insufrible y humillante de un reality) debe estar dichosa porque su retoñito tiene talento (como si se necesitara talento para bramar reggueaton) y porque salió en televisión. Seguramente no pensarán (y menos los de la cadena televisiva, y si lo piensan no les importa porque sólo les interesa vender) que ese niño que le dice a su "mami" que "perree" la está rebajando al nivel de un objeto sexual. A lo mejor, la mamá que orgullosa lo lleva a que haga el ridículo frente a todo el país también sentirá orgullo cuando sea machista, misógino y, seguramente, le pegue a su novia. Eso fue lo que le enseñaron desde su infancia, no? Que las mujeres son objetos para el placer masculino.
Habrá algún acto más vil de hipocresía y machismo? Por qué nos quejamos de los patanes que golpean mujeres, si nosotros mismos los propiciamos, los creamos y alimentamos con tanta basura emitida en horario triple A. Educamos a nuestra juventud para que crezcan como dueños de las mujeres, que las pongan a "perrear", porque son entes sin conciencia que sólo deben obedecer los caprichos hedonistas de sus amos. Y, como son objetos, podemos golpearlos con impunidad aunque llegue un escándalo doblemoralista y equívoco.
Y, lo que más me sorprende, es que las mismas mujeres son las que propician esto. Muchas, demasiadas y lamentables veces, he tenido que ver muchachas bailando y coreando felices las canciones que las vituperan, insultan y rebajan a los niveles más serviles de la sociedad patriarcal. Citaría algunas de las letras, pero seguro que el lector ya ha pensado en alguna docena y, además, me causan nauseas. No entiendo que haya mujeres que disfruten esos insultos. Es como si una canción dijera: "malditos colombianos traquetos, ladrones y asesinos" y todos la bailáramos dichosos.
Qué futuro nos espera? Ya lo auguré previamente. Apuesto las demandas de cualquier Comisaría de Familia a que la generación que crecerá viendo a su compañerito de escuela exaltando su equívoco y alimentado machismo se convertirá en abusadora del género femenino. Pero eso a nadie en la radio o la televisión le importa. Y, lo peor, al ciudadano de a pie, a la mujer que es víctima de todas estas canalladas, parece tampoco importarle. Supongo que nos labramos nuestro propio destino. Pero entonces no se escandalicen cuando el técnico de la selección del 2025 le pegue a alguna mujer, eso fue lo que le enseñamos, no?